viernes, 23 de septiembre de 2011

Las Vueltas Del Amor

De esa chica me enamoré
y sin dudarlo me declaré,
mas ella sin oír mi corazón me puso una y mil razón
por la que no sentía la misma pasión
destrozando en mil pedazos mi corazón.

Eso mi corazón invirtió
y lo que antes fue Amor
en dolor
lo convirtió.

Este dolor mi corazón llenó de odio
y todo sentimiento bueno, que hubiese antes
en mí, murió.
Murió para dejar mi corazón dolorido.

Ya no era gentil,
sino el joven más hostil
y más despreciable que en este mundo
halla existido,
no me importaba lo que los demás pensaban de mí
y en un ogro
me convertí.

Ahora era yo
el que mi alma llena tenía de resentimiento
y por este sentimiento
odio tenía en mi pensamiento.
Ahora era yo
él que si ella se me declaraba
de mí la apartaba.

Mi corazón
por mucho clamor
ahora cerrado lo tenía al Amor,
sin darme cuenta no era odio,
era. "temor".

Así pasaban los días
y para el Amor
ojos ya no tenía,
y en mi soledad
yo me consumía.

Me consumía sin saber
que mi corazón lo más que anhelaba
era querer.

Querer sin culpa
y sin rencor,
querer para luego
sentir nuevamente Amor
esto lo deseaba con fervor.

Más yo me consumía
en medio de mi dolor,
dolor por no poder
abrirme nuevamente al Amor.

Uno y otro día pasaba,
y el corazón de muchas chicas
a mí,
se me declaraba
diciéndome que me amaba.

Pero yo no las admitía,
pues en verdad
a ninguna yo quería
y no quería que ninguna
sufriera, como yo sufría.

Que ninguna sufriera
pues por más chicas que viera
e increíble que parezca
ojos para una sola tuviera.

Muchos me han dicho
que estoy confundido
más a todos ellos
que no se metan en mi vida les he pedido
y de antemano
se los he agradecido.

Así mi corazón estaba
y toda muestra de aprecio
la detestaba
cerrándome al Amor más y más
cada día que pasaba.

Así pasaba cada día
hasta que me di cuenta
de lo que yo en mi tenía,
tenía un hombre que sufría
rechazando de mujeres toda compañía.
Ese día decidí
que ya a ninguna rechazaría
y que nadie me importaría,
pues si ya no sufría
mi alma se alegraría.

De esa manera
me metí
con cuanta mujer
la oportunidad tuviera,
mas nunca llegando a las rameras.

Una y otra mujer,
una distinta cada día.

Cualquiera que hay me viera
no me reconociera,
lo digo de veras.
Pues si alguien
mi historia
viera enloquecería,
pues no creería
que yo soy el que yo fui.

En conclusión
nuevamente habría encendido mi pasión,
sin embargo, en mi alma sentía
la opresión
de la traición.

Nuevamente no estaba bien
y las que conmigo estaban
lo sentían también.

No sabía que hacer
no estaba bien al no querer
no estaba bien al querer
qué podía hacer, quería yo saber.

En gran duda estaba mi alma,
ya había perdido por completo la calma
todo el mundo que me rodeaba
para mi era confuso.

En esta búsqueda ocupé hasta el último recurso,
llegando a estar como recluso
no por causa del abuso,
sino por un hecho muy confuso,
con esto no me excusó.

Verán ustedes lo que ocurrió,
estando yo en el bar
un grupo empezó a pelear
estando yo en el medio
no me percaté
porque aquella noche yo me enamoré.

Me enamoré de una mujer que ahí estaba,
muy bebida y en la barra recostada,
ella se encontraba,
y yo pensé si me acercaba.

Decidí acercarme y preguntarle que ocurría,
mas por estar de espalda no la reconocía,
pues su rostro no veía
y ella al mi no verme
tampoco pudo reconocerme.

Ella me contó
que una vez ella se enamoró,
mas su valor flaqueó
y cuando este se declaró
ella lo rechazó.

Yo pase por lo mismo,
pues cuando me enamoré
ella no me correspondió
y sin escuchar razón
esta me rechazó.

Esto yo le comenté
y entonces ella volteó,
grande fue mi sorpresa
al ver que por segunda vez
de la misma mujer yo me enamoré.

Entonces ella entre su bebida
dijo que me conocía,
mas no me reconocía.
Yo sin mencionar palabra,
nada le decía.

Entonces un milagro
de pronto aconteció
y de la botella ella se olvido.
Y pasó de estar borracha a un estado sobrio.

Eres tú mi Amor
entonces ella comentó
y yo le respondí,
mas no pronuncié palabras
y con todo el corazón
un gran beso
le di.

Ese fue el comienzo
de muchos otros
y hasta el día de hoy
juntos estamos nosotros.

En eso llegó la policía
y creyó que al grupo de la pelea
yo pertenecía,
entonces me arrestaron
y a la mazmorra me llevaron.

A mí eso no me importaba,
porque con la mujer que amaba
en ese tiempo yo estaba,
a los poco días todo se aclaró
y en libertad
el gendarme me dejó.

Hoy con mi chica soy feliz
y por eso yo te digo
con toda autoridad
por Amor no caigas en enfermad
ni menos te entregues a la maldad,
porque de seguro yo te digo:
"Hay una chica para ti".

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