viernes, 23 de septiembre de 2011

: Viernes, 08 de julio de 2011

Siempre me pregunte por qué las parejas podían estar muy enamoradas al principio de una relación y luego ese Amor con el tiempo verse desgastado, siempre me pregunté cómo si en un momento todos los Reales Enamorados podían llegar al Cielo y estar en la cúspide del mundo, siendo eternos en un segundo, luego ellos mismos se separaban ya sin ningún Amor, a veces dejando familias destrozadas, o simplemente decidiendo vivir una doble vida diciendo amar a alguien y luego siendo infieles a esa persona.

Cómo era posible que el Amor, eterna decisión de ser el otro ángel que el amado necesitara para volar sin importar si es retribuido o no, de dar por dar, dar porque el Amor así lo pide al alma que habitaré, cómo era que ese Amor que se suponía eterno luego simplemente desapareciera, cómo podía el Amor albergar la maldad o la traición suficiente para hacer aquello, ¿cómo?, ¿ cómo?.

Fue por eso que empecé a observar a los que se decían a sí mismos estar enamorados y descubrí que muchos de ellos se mentían a sí mismos solo por miedo a la soledad, otros confundían Amor con pasión y lo que realmente querían no era dar al otro lo mejor de sí, sino tomar lo mejor del otro y satisfacer así su avaro egoísmo que les obligaba a quitar al otro para autosatisfacerse. Otros simplemente temiéndole al Amor, al rechazo o a cualquier otra cosa no se dejaban inundar por esta decisión tan noble y pura, que lejos de debilitar al alma enamorada (como algunos piensan) la fortalece, perdiendo así la única oportunidad de ser realmente felices: Amar.

Otros que si se atrevían a vivir el verdadero Amor cometían un grave error, prometían el Cielo y lo cumplían bajándolo a la Tierra, por eso cuando venían los verdaderos problemas el Cielo se contaminaba de las inmundicias de este mundo y poco a poco agonizaba el Amor sin que los enamorados se dieran cuenta de esto, tan absortos en sus propios problemas que se olvidaron de lo principal, de aquello por lo cual habían decidido luchar en un comienzo cuando su relación recién comenzaba y cuando querían volver atrás se daban cuenta que habían dejado hace tiempo el camino propuesto anteriormente y se rendían sin ánimos de luchar. Había también quienes tenían el valor de volver atrás, pero no lo lograban por las faltas de fuerza para esto, rindiéndose estos también, la verdad era que volvían a cometer el mismo error: Bajar el Cielo a la Tierra. Otros había que dándose cuenta de su error, miraban a su alma gemela a los ojos y comunicados sin mediación de palabras subían su relación hasta el Cielo y junto a Dios decidían seguir adelante sin importarles el mañana (sueño del hoy, y por lo tanto irreal) ni el ayer (vago recuerdo del hoy y no algo concreto), decidiendo vivir juntos cada momento sin importar los sacrificios que para esto debieran hacer, logrando ver la belleza de la vida no solo en un arco iris sino también en la destructora tormenta que lo antecede, sabiendo que así como el águila vuela sobre esta para tomar fuerzas de la misma, ellos podían fortalecer su relación hasta lo sumo en tales circunstancias.

Pero los más dichosos eran aquellos que jamás prometían el Cielo sino tan solo un “Te Amo” que quedaba demostrado fuertemente porque desde el primer momento se dejaban guiar por Dios para hallar a su otro ángel de una sola ala y este en su misericordia e infinita bondad los unía a sus enamorados, no sin luchas de por medio, pero luchas que lejos de matar al Amor solo lo lograban fortalecer, luchas que eran miradas como la roca mira la ola que la golpea, conociendo que esta no podría dañarle para siempre sino solo formarla. Logrando vivir desde el primer momento bajo un amparo tan grande que solo lo puede dar el mismo Amor, unidor de almas, soldador de corazones, único médico capaz de curar el mal del odio y las rencillas, que debilitan una relación y quién sabe encaminar hasta a la pareja más descarriada a su camino, el camino del Amor y la Felicidad, una felicidad no sin luchas, sino con pruebas que solo pueden fortalecer, con batallas que sirven para que el creador un día llegue a ver reflejada en ellos su propia imagen y así saber cuando su obra este terminada.

Fue ahí que descubrí que el Amor no es el que se debilita y hace que una relación se rompa trayendo Odio y Amargura a los corazones no solo de los que un día estuvieron enamorados, sino también a todos los que creyeron en esa relación y a los retoños de estos (si los hubo); sino la equivocación de no dejarse guiar para esta decisión por este Creador que solo quiere el bien del hombre, decidiéndose por una guía imperfecta y por ende errada que solo logra apartar del Verdadero Amor a la pareja, la propia.

Desde ese día deje de culpar al Amor por lo triste que era mi vida y decidí que nuevamente me dejaría llevar por Él comprendiendo que tu mereces lo mejor y que quizás por eso me puso tantas pruebas antes de lograr hallar el Verdadero Amor, para que estuviera preparado para cuando te encontrara y no llenar tu vida de dolor sino solo de Amor y Felicidad.

Es por eso que hoy que estoy entre tus brazos se que estoy listo para vivir el momento, el día a día, el segundo a segundo, luchando con todas mis fuerzas para que este Amor no se marchite jamás, comprendiendo realmente tu valor y si quizás tú no lograste tener las fuerzas para luchar y esperar a tu hombre adecuado no creas que por eso te voy a desvalorar, al contrario, quiero ser tus fuerzas llevarte sobre mis brazos y que ya no tengas que llorar más, te quiero y te respeto porque si no hubiese sido porque Dios nunca me falto y siempre me protegió de no cometer errores no dejándome cometerlos por más que yo quisiera y me esforzara para ello, hubiese hecho lo mismo.

Hoy entiendo que todas aquellas veces que me creí una lacra de la sociedad realmente estaba equivocado; que cada vez que lloré por un Amor en realidad lloraba erradamente, pues me engañaba al utilizar esta palabra; que cada vez que decía “quiero dejar de ser el único…que no es capaz de comerse a una mina en un carrete” y miraba a los otros como los que estaban bien porque si lo lograban solo cometía una locura, pues ahora yo les compadezco al no poder ellos sentir lo que yo siento por ti que va más allá de cualquier placer que un carrete o cualquier cosa humana pueda brindar; hoy entiendo que si debí ser pasado por fuego fue solo porque un Amor como el nuestro solo podía darse una vez que los dos estuviésemos preparados.

Hoy comprendo que cada lágrima que llorásemos estando aun sin conocernos, era una lágrima que estaba regando una multitud de sonrisas para cuando nos encontráramos en un día como hoy, cuando me reconcilié con el Amor y este me llevo ante ti sobre sus alas y me quitó la venda de mis ojos logrando ver por primera vez aquello tan hermoso que siempre estuvo hay para mí, pero para lo cual no estaba preparado. Y por último solo me queda pedirte disculpas porque en un principio la ceguera autoimpuesta no me dejaba ver quién eras y solo pretendía jugar contigo, según yo para ganar experiencia, sin saber que lo que estaba perdiendo era mucho más grande que todo lo demás en la vida.

Tengo miedo de que al haberte confesado lo anterior te desilusiones de mí y no me sigas amando, descubriendo la lacra que era, no por lo que yo decía sino por lo que siempre quise ser. Mas no podría ocultarte algo así, pues me sentiría un traidor y tan solo estaría incitando a que este secreto se convirtiera en una semilla, esa semilla en un árbol y que ese árbol acabara con lo que hoy se es mutuo pese a nunca antes habérmelo tú dicho. Estaría haciendo lo que anteriormente ya te relate de no llevar nuestras almas al Cielo sino traer el Cielo a nuestras almas, dando lugar a que nos despreocupáramos de la decisión realmente importante: el Amor; por ocuparnos de pequeñeces y no ser totalmente sinceros el uno con el otro, perdiendo al final el camino tan hermoso que hoy comienza, solo me queda por decirte lo que hoy ya es evidente (pero que muchos cometen el error de no decir lo que es necesario decir): ¡Te Amo!

Rafael.

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